En esta obra, Homenaje al Greco, Guillo Pérez reconoce el legado del artista griego-español a partir de la abstracción. Esta pieza de amplio formato ha sido ejecutada con varias gamas cromáticas, predominando la roja y la negra. Su composición es de planos geométricos con formas rectas y trazos informalistas.
Pérez, con una fructífera carrera pictórica e importantes aportes en el plano de la abstracción en el Caribe, plantea en este lienzo un acercamiento metafórico al cuerpo de trabajo de El Greco. Esto se evidencia en su cromatismo - vinculado al período posterior a la escuela veneciana del autor y en el manierismo evidente en la disposición de los planos compositivos.