Así, para adecuarlo de una manera más precisa a las necesidades del devenir artístico nacional, fue necesario redefinir sus objetivos. Al mismo tiempo, la necesidad de ampliar su dimensión formativa llevó a propiciar la participación de los artistas a través de dossiers que contenían propuestas de obras terminadas y de proyectos de obras por ejecutar, convocar la participación en todos los géneros contemporáneos, dar cabida al seguimiento curatorial de los proyectos seleccionados, emplear un Jurado único que no solo seleccionaba y premiaba sino que también acompañaba la ejecución de los proyectos, así como otorgar tres premios igualitarios y varias distinciones especiales sin tomar en cuenta las reconocimientos de géneros.
Tales cambios no eran extraños en un evento que a lo largo de su historia ha hecho de la flexibilidad y la innovación un modo de ser. Eran un compromiso, el riesgo asumido por una gestión cultural que cree en la cultura viva para insertarse en los procesos creativos y no limitarse a recibir obras terminadas. En fin, la respuesta a una actualidad artística que en todo el mundo se caracteriza por lo procesual, pone un acento muy marcado en los conceptos y apuesta por la hibridez de códigos.
Jurados de premiación:
Ivo Mesquita.
María Inés Rodríguez.
María Elena Ditrén.
Artistas Ganadores y obras:
Carlos De León; Te amo (AV-ELJ-34970)
Hulda Guzmán; Fiesta en el batey (AV-ELJ-34971)
Raquel Paiewonsky; Interludio (AV-ELJ-34972)