Cientos de personas asistieron al espectáculo de merengue típico y tradicional que por motivo de la celebración de su décimo aniversario ofreció el Centro León a todo el pueblo dominicano.
El inicio de esta fiesta criolla fue pautado para las seis de la tarde, sin embargo, desde bien temprano el público comenzó a llegar a los jardines del centro, con la intención de garantizar los primeros asientos para disfrutar, en primera fila, del derroche musical y la buena interpretación de los artistas que participaron en la presentación, como parte de las actividades para celebrar la primera década de trabajo cultural realizado por la institución.
De inmediato la música del maestro Jochy Sánchez, acompañado de su agrupación La Cuaba y Rafaelito Román en el acordeón, encendieron la pista del escenario, provocando que el público se levantara de sus asientos motivados por la energía que el merengue de tierra adentro es capaz de generar en todo el que se expone a su ritmo contagioso. Merengues como: Las siete pasadas, Los algodones, Dolorita, entre otros, fueron interpretados por el maestro Sánchez, y coreados de manera espontánea por los asistentes. Acto seguido, se adueñó de la tarima nuestra querida Maridalia Hernández haciendo gala de una impecable interpretación y sorprendiendo al público al presentar alguna de sus canciones a ritmo de merengue típico.
Entre canción y canción, la artista se tomó unos minutos para felicitar y reconocer al centro cultural por la labor que hasta el momento ha realizado en favor de la ciudad de Santiago y todo el país.
Esta presentación fue realizada gracias al apoyo del Ministerio de Cultura, Cervecería Nacional Dominicana y la colaboración de la comunidad de Villa Progreso, que se integró masivamente a la fiesta. Definitivamente fue una noche llena de emociones.
Al finalizar el espectáculo artístico el Centro León tenía preparada otra sorpresa para los asistentes. El cierre oficial del evento, la presentación de un impresionante show de fuegos artificiales que generó gran algarabía en los espectadores, quienes contentos y sonrientes, dirigían su mirada al cielo como quien da la bienvenida, lleno de esperanza, a un nuevo período, a la segunda década del Centro León.
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