De indefectible tradición católica, los Reyes Magos representan los regalos entregados al Niño Jesús en el día de su nacimiento por aquellos tres Reyes o magos venidos de Oriente y cada uno con un regalo distintivo: Melchor (oro), Gaspar (incienso) y Baltasar (mirra), significando la alegría por el nacimiento del Mesías o nuevo Rey. Todo significando que este nacimiento tenía dimensión universal.

En nuestro país se sigue la tradición de los Reyes Magos y cada 6 de enero es la fiesta de los niños (as) a quienes se engalanan con regalos y se dedica todo el día a su diversión y juego, la fantasía hace parte del juego de complicidad que acompaña dicha tradición y la ingenuidad, es la parte en que los niños disfrutan la historia. En la Capital del país se celebra el día antes en la noche, el ya famoso desfile de los Reyes Magos en la Ciudad Colonial recorriendo varias calles de ésta, con la participación del Cuerpo de Bomberos, el Ayuntamiento del Distrito Nacional y la iglesia católica y como antesala de la celebración infantil.

Las particularidades regionales nos ofrecen una variante santiaguera que se hace presente el 25 de diciembre que es cuando el Niño Jesús regala a los niños (as) para que estos sean compensados por su esfuerzo del año recién finalizado. Para quienes quedan pendientes o por cualquier motivo no pudieron ser agasajados con tan esperados regalos, la Vieja Belén les devuelve la alegría a fin de mes y lo de Belén que representa la ciudad del nacimiento del Niño Jesús. De tal manera que nadie se quede acongojado.

Los nuevos tiempos, la apertura y la emigración dominicana, ha traído un nuevo personaje al escenario: Santa Claus, quien también cargado de juguetes hace feliz los niños (as), los cuales no se preocupan mucho en saber si es o no una leyenda de otras latitudes, pero lo cierto es que su impacto sacude como un torbellino, los tradicionales referentes católicos y hoy nos debatimos entre uno u otro símbolo, pero como expresión cultural, debe ser integrada al conjunto de estas celebraciones. De todas maneras sea el 25 de diciembre, el 6 de enero o a fin de mes, los niños (as) tienen su Día, el reto será siempre hacer prevalecer en ellos (as) la fantasía, la imaginación, la ingenuidad y la magia de esta tradición que al final es lo que más importa.

Carlos Andújar
Especialista de antropología