Los encuentros y debates previos al XXII Concurso de Arte Eduardo León Jimenes continúan. En esta ocasión, tres ganadores de ediciones pasadas del certamen encabezaron un conversatorio reflexivo sobre el impacto nacional e internacional que en su obra ha tenido este concurso. 

Producción local, impulso global: Los concursos de arte en tiempos de globalización fue el tema del conversatorio que reunió a Raquel Paiewonsky, Pascal Meccariello y Jorge Pineda, tres ganadores del Concurso de Arte Eduardo León Jimenes, quienes hicieron un esbozo de los aportes y el impulso que les ha dado este certamen a sus carreras.
Con la mediación de Sara Hermann, Asesora de Artes Visuales del Centro León, el encuentro se realizó en la Mediateca de la institución cultural, por ser el espacio más propicio para arraigar el pensamiento crítico, además de fomentar la investigación, elementos que incentiva el Concurso de Arte Eduardo León Jimenes a través de su Programa de Formación.
“¿Por qué participo en el Concurso?”, se preguntaba Paiewonsky en el inicio de su intervención. “Por muchísimas razones”, respondió. “Es un compromiso…este certamen es de los pocos eventos de contundencia donde se reúne la obra, la producción local de los artistas contemporáneos, y de aquellos que tienen una producción constante, además de ser una gran oportunidad frente a nuestro país para mostrar lo que es nuestra producción y para el registro a nivel histórico, ya que muchos eventos artísticos del país no se registran y nunca quedan en la memoria de nadie”.
Por su parte, Pascal Meccarriello enfatizó el punto de vista económico del certamen. “En el país no hay becas ni subsidios para la creación artística. Un premio es la esperanza de garantizar la producción particular de un proceso que, muchas veces, se ve interrumpido por falta de dinero”.
Meccariello, ganador en la categoría de Vídeo en el XX Concurso de Arte Eduardo León Jimenes, 2004, por Trampa para lágrimas, también hizo referencia en la incidencia que produce el certamen en la proyección internacional de los artistas: “El currículum de un artista obtiene un gran peso cuando tienes un premio del Concurso de Arte Eduardo León Jimenes, ya que es el único certamen que se ha mantenido constante, además del respeto que muestra al artista y su obra. No hay otro concurso que tenga esa mística”.
Jorge Pineda, creador de Afro, instalación que mereció uno de los premios de la pasada edición del 2006 y cuyas obras forman parte de importantes colecciones internacionales, como la Colección Patricia Phelps de Cisneros y la del Museo de Arte Contemporáneo de Castilla y León, destacó durante su intervención la incidencia en la historiografía de las artes visuales de un país la celebración constante de un concurso. “En ciertos momentos se puede tomar un concurso como un referente para hacer el análisis de la historiografía. A través de un concurso se puede ver la historia del arte de un país, sobre todo por sus aportes o sus desaciertos”.
La crítica de arte fue otro aspecto tratado por el artista, manifestando que ésta carece de espacio para que los críticos puedan desarrollarse. “Si bien los concursos son un incentivo para los artistas, la crítica no tiene real incentivo”.
Con los auspicios del Grupo León Jimenes, el Concurso ofrece una oportunidad de confrontación y estudio de la evolución de las artes plásticas dominicanas, facilitando así la creación de espacios para la reflexión y el análisis. Y es en ese sentido que, con la presentación de las Bases del Concurso, el Centro León inició un amplio programa de actividades sobre diversos temas relacionados con la cultura y las artes contemporáneas. Este programa, único en certámenes de este tipo, se propone establecer diálogos y encuentros entre los artistas dominicanos, a lo largo y ancho de toda la geografía nacional. 

Rosanna Núñez