La intromisión de los Estados Unidos en la República Dominicana, hecho ocurrido en 1916, provocó un desarrollo del béisbol en el país que, al mismo tiempo, se aprovechó para mantener viva la llama del patriotismo.

Los juegos organizados para enfrentar conjuntos criollos a equipos compuestos por soldados y oficiales del ejército interventor, enseñaban técnicas modernas a los nacionales y eran aprovechados para levantar el orgullo nacional ultrajado por la ocupación. Una de las acciones que desplegó el gobierno interventor con mayor dinamismo fue un intenso programa de obras públicas que contemplaba la construcción de carreteras para comunicar todo el territorio nacional. Esto favoreció el desarrollo del béisbol y en 1921 ayudó a que el equipo Licey viajara al Cibao para jugar tres partidos en La Vega y cinco en Santiago, todos los cuales ganó. El grupo pudo trasladarse en automóvil hasta un punto determinado pues la carretera que debería unir a Santiago con Santo Domingo no estaba concluida y a lomo de mulos cruzaron la Cordillera Central. La excursión duró treinta días y abrió el intercambio deportivo con el Cibao, que es hoy uno de los más intensos del béisbol.

En ese año de 1921 también nació el equipo Escogido, inicialmente con la única intención de enfrentar al poderoso Licey, que reinaba a sus anchas en Santo Domingo. Su nacimiento es el fruto de la pasión deportiva de Carlos Manuel Bonetti (Pilindo), entonces administrador general de la Cervecería Nacional, quien unió a los mejores jugadores de los equipos San Carlos, Los Muchachos y Delco Light para enfrentar al Licey. En el estadio La Primavera, que había sido inaugurado originalmente como un hipódromo en diciembre de 1919 y adaptado para jugar también béisbol, se efectuó la primera serie pactada a nueve juegos entre estos dos equipos, la cual terminó pareja a cuatro victorias por bando y un partido empatado.

Al año siguiente fue organizado lo que se llamó un campeonato pero que en realidad fue una serie pactada a 25 partidos entre Licey y Escogido. Esta serie desmintió la supuesta intención de interinidad con que había nacido el Escogido. El torneo fue afectado por las largas pausas entre los partidos, que entonces eran de orden, al extremo que la misma se inició el 9 de abril y finalizó el 10 de septiembre, cuando los rojos del Escogido ganaron el juego trece frente a seis derrotas. En esa serie debutó con los Tigres, como asistente del dirigente Caratini, un norteamericano llamado Charles Dore, el cual sustituyó al boricua en las funciones de director al año siguiente y se constituyó desde entonces en una de las columnas fundamentales de la historia ya centenaria de ese club, lo que le ha valido ser exaltado a la inmortalidad deportiva dominicana.

Tomado del libro ¡Nos vemos en el play! Béisbol y Cultura en la República dominicana, del ensayista Tony Piña